Entrevista a Carmelo Suárez, Secretario General del PCPE a propósito del 9º Congreso del Partido

“Las medidas de Zapatero demuestran que la oligarquía manda y el Gobierno obedece; hoy, más que nunca, se necesita la acción de la vanguardia revolucionaria”

M.L. González

Rebelión

Durante tres días unos ciento cincuenta delegados y delegadas de las organizaciones de base de todo el Estado Español, junto a más de quince delegaciones internacionales, se reunirán en la capital madrileña para asistir a los debates del 9º Congreso del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE). Bajo el lema "La respuesta es revolución", la militancia del PCPE discutirá, desde mañana y hasta el próximo lunes, sobre temas relacionados tanto con la profundización de la crisis económica mundial, como con el reto que para esta organización supone consolidar un proyecto que dote a la clase obrera de una herramienta útil para invertir la actual correlación de fuerzas y lograr su emancipación.

Carmelo Suárez, Secretario General del PCPE, afirma en la siguiente entrevista que la crisis (estructural del capitalismo) no ha tocado fondo y que la prioridad ahora es “levantar la lucha generalizada del pueblo, sacarla de la desmovilización a la que la han llevado décadas de reformismo político y de pacto social, rescatando el enorme bagaje de lucha que lleva escrito en su historia y liberando su potencialidad transformadora”. De las declaraciones del líder comunista resalta una llamada directa a la acción y al trabajo coordinado del PCPE y del resto de organizaciones políticas, sindicales y sociales de clase: “El desenlace revolucionario ha dejado de estar situado en plazo indeterminado”.


Parece obligado pedirle, primero que nada, un análisis de la coyuntura política en la que el PCPE enfrenta este 9º Congreso y hacerlo en base a los dos acontecimientos pueden servir de referente inmediato o de reflejo de ésta: las elecciones catalanas y las medidas anunciadas ayer mismo por el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero

Las elecciones en Catalunya son, en primer lugar y ante todo, expresión de la capacidad del sistema dominante para perpetuarse en un escenario de quiebra generalizado del mismo. Que la mayoría del electorado haya optado por dar su voto a fuerzas políticas que, todas ellas, trabajan para perpetuar el sistema capitalista es un indicador del grado de hegemonía que tienen las clases dominantes y, al tiempo, del grado de desarme ideológico en que se encuentran amplios sectores del pueblo y de la clase.

También hay otro factor que es la gran utilidad del nacionalismo para ocultar los conflictos de clase. El gran tirón electoral de CiU, sustentado en un catalanismo con alta demagogia soberanista, tiene una gran utilidad para gestionar la crisis capitalista obteniendo casi un cheque en blanco sobre la base de los intereses del pueblo catalán.

En estas elecciones los grandes debates son entre formaciones políticas que se disputan la representación de la burguesía, y que presentan sus propias recetas para apuntalar el sistema capitalista; no muy diferentes unas de otras.

La ilusión socialdemócrata y reformista, que suele tener una gran capacidad de enganchar a la base social de izquierdas, ha quedado seriamente desacreditada por un tiempo; pero las fuerzas de este campo político siempre tienen una gran capacidad de recomposición por su afán de buscar la aceptación de la burguesía como sus gestores más amables en determinadas situaciones.

La gran cuestión es que en el campo de la izquierda más radical no arranca todavía una capacidad de convocar a sectores de la clase obrera y que hay que trabajar duro para modificar esta situación. Nuestra organización, el PCPC, ha realizado un trabajo serio dentro de su limitación de capacidades, y eso es lo que toca hacer cuando las condiciones son así de difíciles. Un trabajo sin piruetas electoralistas, que busca explicar un proyecto y organizar a la clase. Sólo manteniendo esta coherencia se conseguirá incidir de una manera más significativa en la lucha política en general, y también en lo electoral.

En el próximo ciclo político se darán condiciones para una clarificación de los intereses de clase que representan CiU y las otras fuerzas del Parlament, y se podrán avanzar otras posiciones.

Vivimos una etapa de fuertes convulsiones, el capitalismo se encuentra en una crisis de enorme calado de la que no sabe cómo salir. Por ahora sólo encuentran una receta: el aumento de la explotación y la reducción del precio de la fuerza de trabajo. Esto lleva a un endurecimiento fuerte de las condiciones de vida de la clase obrera y de los sectores populares. También un acelerado recorte de las libertades y de las garantías individuales y colectivas. El peligro de aumento de la guerra imperialista es permanente.

España está en el centro de esta crisis, situada con una enorme debilidad en la cadena imperialista mundial, y por ello se lanzan todo tipo de maniobras contra el sistema financiero que agravan la crisis estructural. La situación avanzará hacia una mayor profundización de la crisis, mayor tasa de paro, más empobrecimiento y más exclusión social.

Las últimas medidas anunciadas por Zapatero son una auténtica expresión del dramatismo de la situación actual. La oligarquía manda y el gobierno obedece. Se vende todo, se entrega todo. Hace falta más madera para la hoguera capitalista y el gobierno desesperado está desarmando las cuadernas del barco en que navega, el naufragio y el hundimiento están asegurados.

El gran reto es revertir las tendencias que permiten el control social, y que llevan al pueblo a la resignación y a la desmovilización. Llevar la situación a una agudización de la lucha de clases es una estrategia central para el PCPE, articular la unidad de la clase y conformar un bloque social y político que confronte con el capitalismo, oriente hacia la salida socialista y que levante la lucha generalizada del pueblo contra el la burguesía española y sus gobiernos. Hoy, más que nunca, es necesaria la acción de la vanguardia revolucionaria; hay que ejercer de vanguardia política. El desenlace revolucionario ha dejado de estar situado en plazo indeterminado.

¿Cuáles serán los ejes sobre los que la militancia discutirá durante el próximo fin de semana?

El 9º Congreso del PCPE tiene unos objetivos principales muy precisos. Se trata de concretar en profundidad el análisis de la crisis estructural del sistema capitalista, valorar sus posibles desarrollos y las estrategias para avanzar hacia la revolución socialista y el comunismo. Lejos de quienes hablan de crisis financiera, nosotros nos situamos en que estamos ante una fase de especial profundización de la crisis estructural del sistema capitalista, una crisis que se expresa en términos cíclicos como crisis de sobreproducción de capital, de bloqueo del proceso de reproducción ampliada del capital, y de acelerada caída tendencial de la tasa de ganancia.

El capitalismo, en su desesperación por las dificultades extremas que encuentra para revertir esta situación, golpea a la clase obrera internacional, pero también a la humanidad entera, y al mismo planeta, colocándolo al borde del infarto ecológico. La guerra imperialista se acrecienta y expande y se produce un proceso de involución de la democracia formal.

Ante esta situación la organización de vanguardia tiene que trazar un plan de actuación que tiene varios frentes.

El fortalecimiento del partido es imprescindible en estos momentos. Hacen falta partidos revolucionarios fuertes, que jueguen un papel de liderazgo de la lucha contra el capitalismo. Es el caso de Grecia, donde el KKE mantiene una estrategia de unidad de la clase y movilización permanente con el horizonte del socialismo.

Discutiremos nuestro proyecto para el estado, para la construcción del socialismo-comunismo en España. En ese aspecto definiremos nuestra propuesta para el proceso de acumulación de fuerzas, para las alianzas y para la unidad de la clase. Hay nuevas formulaciones que serán objeto de importantes debates, sobre la tendencia a la reacción del sistema capitalista, sobre la no existencia de sistemas intermedios entre capitalismo y socialismo, sobre como transitar de un estado plurinacional -donde es imprescindible el ejercicio del derecho de autodeterminación- hacia un fuerte estado obrero donde la clase obrera se constituya en clase nacional en el poder, sobre el carácter republicano del estado de la clase obrera, y sobre todos los temas colaterales a estas cuestiones que hacen preciso ir concretando un proyecto político preciso para la emancipación de la clase obrera.

El Congreso discutirá ampliamente de la lucha contra todo tipo de reformismo, desde el punto de vista de que esas posiciones colocan a la clase obrera a los pies de la oligarquía y son utilizadas por el sistema como dique de contención contra la toma de conciencia revolucionaria por parte de la clase obrera.

Por último el debate se centrará de forma especial sobre el desarrollo del Partido, sobre el modelo de militancia, sobre la relación partido-masas, y sobre el crecimiento y extensión del Partido. Hemos avanzado mucho desde el Congreso anterior en este aspecto, pero nuestras ambiciones van mucho más allá, y el 9º Congreso será una buena ocasión para acordar nuevas iniciativas que ayuden al desarrollo de nuestro proyecto.

Una afirmación que una y otra vez se repite es la de que la actual crisis en el Estado Español ha caído sobre una clase obrera desorganizada y sin hábitos de movilización. ¿En qué nivel se sitúan en este Congreso las propuestas de trabajo prácticas que, en el futuro, puedan revertir tal situación?

La situación de la clase obrera está caracterizada por décadas de reformismo político y pacto social, hay dificultades para levantar la capacidad de lucha los hombres y mujeres que están sujetos a la explotación capitalista en España. Pero no debemos sobreestimar estas dificultades, la clase obrera española tiene una larga y variada experiencia de luchas que hoy está en situación de reflujo, y sobre ese sustrato es posible poner en marcha dinámicas que hagan recuperar -sin necesidad de un desarrollo temporal de largo recorrido-, una capacidad de movilización y confrontación de enorme potencialidad.

La cuestión es por donde va a empezar esa recuperación de la lucha obrera de masas, si por la juventud, por el proletariado industrial que dio una muy buena respuesta en la Huelga General del 29S, o por otros movimientos sectoriales que tienen una presencia extendida por todo el país. El Partido trabaja en todos los frentes que le es posible para, a través de la mediación directa con la clase, levantar una oleada de lucha obrera y popular de masas.

En estos momentos nuestra militancia impulsa todo tipo de plataformas unitarias, sin sectarismos de ningún tipo, bajo la consigna “unidad, crítica, unidad”. Planteamos programas de mínimos que hemos publicitado intensamente, y hacemos un llamamiento a la movilización y la combatividad de la clase. En algunos casos los resultados se notan, después de más de tres años trabajando en esta dirección.

Para el movimiento obrero y sindical nuestra propuesta gira en torno a la creación de Comités de Unidad Obrera (CUO), por encima de las siglas sindicales y en torno a una concepción sindical clasista y una plataforma reivindicativa propia de la clase obrera, sin subordinaciones a lo que el sistema considera “políticamente correcto”.

En esta misma línea, háblenos de las coordenadas políticas que, desde el PCPE, se apuntan como prioritarias a la hora de construir un nuevo escenario para la lucha de clases que termine inclinando la balanza del lado de las masas trabajadoras.

Nosotros llevamos al Congreso una orientación que incorpora elementos nuevos, producto de nuestra experiencia de los últimos años. Nos orientamos hacia la formación de un bloque popular que aglutine a los sectores excluidos por el sector oligárquico del capitalismo español, a quienes ya están fuera o saben que quedarán fuera en el proceso de concentración y centralización del capital que se desarrolla de forma acelerada en España.

Hemos visto que formulaciones anteriores en relación a las alianzas dieron una prioridad excesiva a las alianzas concebidas como acuerdos de fuerzas políticas. Esto ha demostrado tener muchas limitaciones, por la misma entidad de los sujetos posibles y porque la base social que nos interesa tiene una escasa identificación con las siglas presentes.

Desde el inicio de esta fase de la crisis estructural del sistema capitalista (verano de 2007) hemos estado orientando el trabajo de la militancia hacia la intervención directa con las masas, en lo sindical, en los sectores vecinales, en sectores de la pequeña producción; y hemos constatado que en ese trabajo no nos encontramos a otros sujetos políticos con los cuales se podría pensar en algún tipo de alianza.

La relación con el conjunto de fuerzas de la izquierda evidentemente será parte del trabajo de alianzas del partido, pero –si el Congreso ratifica esta línea que planteo-, priorizaremos la vertebración de ese bloque popular con una orientación de lucha de masas por el socialismo-comunismo.

La coordinación internacional parece llamada a ocupar un papel fundamental en este proceso. ¿Qué pasos se están dando en el entorno de los partidos comunistas para rearmar a las masas obreras de Europa y de otros continentes como América Latina? ¿Cómo trabaja el PCPE en ese ámbito?

Uno de los avances más significativos desde el anterior Congreso han sido los pasos dados por la coordinación comunista internacional. La aparición de la Revista Comunista Internacional, de la cual en estos días sale el número 2, es su materialización más palpable. El PCPE está en el Consejo de Redacción de dicha revista.

Pero el Congreso planteará dar un impulso decisivo a este proceso, vamos con un enorme retraso si consideramos las necesidades de la clase obrera internacional y de la lucha revolucionaria, y no nos sentimos satisfechos con lo logrado hasta ahora.

El Congreso debe acordar objetivos concretos que se puedan plasmar en el corto plazo, el PCPE siempre va a estar en el grupo de cabeza en esta cuestión. Precisamente en esta línea el KKE acaba de publicar un llamamiento de extraordinaria importancia, con motivo del Congreso del PIE (Partido de la Izquierda Europea) hace un llamamiento expreso a todas las organizaciones revolucionarias a posicionarse con claridad frente a este proyecto de coordinación internacional del reformismo y el oportunismo. El actual desarrollo de la lucha de clases no permite que algunas organizaciones sigan teniendo posiciones ambiguas con respecto a este proyecto apadrinado por el imperialismo de la UE.

Hay que situarse a la ofensiva, y ofrecer a la clase obrera internacional un polo revolucionario comunista que juegue el papel de referente en la lucha revolucionaria mundial. Espero que en los próximos tiempos se concreten pasos importantes en esta cuestión, el PCPE apostará por ello con todas sus fuerzas.

¿Y la unidad comunista en el Estado Español?, ¿abordará el PCPE este tema en su 9º Congreso?; ¿sobre qué bases y con qué perspectivas de trabajo y de continuidad?

Hay que decir que de forma expresa no es algo que se vaya a concretar en el Congreso, hemos apostado por situar esta cuestión como un trabajo continuado del Partido que no precisa de nuevas formulaciones, y no habrá novedades en las formulaciones teóricas.

Nuestra práctica de los últimos años está demostrando que el avance en la unidad comunista se tiene que dar en el trabajo diario, colaborando con quienes estén por esa opción y tratando de acercar posiciones que se contrasten en la práctica política. En ese sentido el PCPE tiene relaciones con otras organizaciones, y con otros grupos, con quienes comparte una misma voluntad unitaria. Así se produjo el ingreso colectivo de la juventud en Asturias estas semanas pasadas, pero también hay procesos con otras organizaciones –en algunos casos muy maduras-, que deben dar resultados en fechas no muy lejanas. El Congreso sí conocerá estos avances concretos.

Entiéndase que el PCPE nació como el Partido de la unidad comunista marxista-leninista, y esa marca de origen siempre la hemos mantenido. Hoy, la agudización de la lucha de clases –y nuestra propia maduración como proyecto político revolucionario- facilita que cuaje un trabajo que no hemos abandonado en nuestros casi treinta años de existencia. Tenemos un gran respeto por otros proyectos revolucionarios, y dialogamos entre iguales siempre que se compartan objetivos.

Un Congreso siempre implica reflexión y cambios; ¿qué habrá de cambiar en el PCPE tras su 9º Congreso?, ¿qué expectativas y qué urgencias hay en este sentido?

Cada Congreso del PCPE –especialmente los últimos- ha tenido un impacto en el desarrollo del proyecto. Son siempre Congresos de mucha elaboración y reflexión. En esta ocasión las Tesis fueron distribuidas a la militancia desde antes del verano, ha llegado una gran cantidad de enmiendas, con aportaciones y con debates importantes, y todas ellas serán debatidas en el Congreso. Necesariamente las Tesis de convocatoria saldrán muy mejoradas.

El PCPE necesita dar un salto cualitativo en su sustancia revolucionaria y en su práctica política. El tiempo nos ha colocado ante el reto de liquidar cuanto de “reformismo sociológico” pueda quedar en nuestro proyecto y nuestra práctica, necesitamos un partido ideológicamente más fuerte y un partido más capaz de liderar la lucha de masas. No podemos menospreciar la capacidad de las fuerzas capitalistas hegemónicas para infiltrar determinadas “sensibilidades” en las filas de la revolución. En eso hay que mantener una vigilancia permanente. El Congreso colocará a la militancia en mejores condiciones para hacer del combate ideológico una herramienta “normal” en la lucha de clases diaria.

El PCPE saldrá del 9º Congreso hablando más de revolución socialista y de toma del poder por la clase obrera, colocará un discurso más ajustado al grado de agudización de la lucha de clases, y tendrá un mayor compromiso con la lucha de masas.

Otro factor que será determinante como resultado de este Congreso será el nuevo Comité Central a elegir. Hay un planteamiento de avanzar hacia una concepción más leninista en el ejercicio de la dirección, una dirección más bolchevique y una Dirección de “profesionales de la revolución”. Esta cuestión es decisiva para pasar de una Dirección que ha tenido que realizar su trabajo político con enormes estrecheces a una Dirección que tenga mejores disponibilidades, y que realice un trabajo más continuado de su tarea como órgano superior del Partido entre Congresos.

Sáhara, Palestina, la defensa de los procesos soberanistas y de progreso en América Latina, la liberación de Los Cinco cubanos presos en EEUU por luchar contra el terrorismo...; muchos temas ponen sobre la mesa el reto de fortalecer y consolidar un proyecto internacionalista con capacidad de intervención real por parte de las organizaciones revolucionarias de vanguardia. ¿Cuál es la apuesta del PCPE en este campo abierto de batalla?

Todas las luchas son nuestras luchas. Es el internacionalismo proletario que se coloca en primer plano de la lucha revolucionaria. Cinco cubanos presos del imperio y toda la clase obrera internacional luchando por su libertad. Un obús en Gaza y todos los pueblos denunciando al sionismo como vanguardia de las fuerzas imperialistas. Un genocidio en el Sáhara y todas las voces, todas las voluntades, denunciando la complicidad del gobierno español y su monarquía con los crímenes de la dictadura marroquí.

No hay democracia, sino dictadura del capital. El combate es por la democracia que ha de derrotar al capitalismo, el poder de la clase obrera. Estos días se desvelan algunos secretos del imperialismo yanki y el vasallaje de los gobiernos del mundo capitalista, esa es su democracia. En el caso de Couso se expresa todo el cinismo de un sistema, que se proclama garante de las libertades, y que dice que su aparato judicial es independiente, y se demuestra que todo es una estafa orquestada para perpetuar y legitimar los intereses imperialistas de la oligarquía.

La creación de un potentísimo Frente Mundial Antiimperialista debe coordinar todos los recursos posibles para generar un inmenso movimiento de masas que confronte con la dominación del capitalismo mundial. La lucha de masas será una herramienta determinante frente a la barbarie, a los crímenes y a todo tipo de violaciones que el capitalismo ejecuta y ejecutará en su fase agónica.

El internacionalismo tiene que ser una práctica generalizada, cotidiana y perseverante.

Nuestros principios son auténticos y comprometidos con los intereses de las grandes mayorías. Por eso somos más fuertes, y por eso venceremos.

Por último, el lema de este Congreso, “La respuesta es Revolución”, provoca una interrogante que en su día quizás inquietara al líder angoleño Agostinho Neto, ¿cuánto más se podrá impedir la lluvia que limpie la Historia de explotación?; ¿ha llegado la hora de empujar para que las nubes se junten?

Para el capitalismo –con toda la violencia que es capaz de desarrollar en su desesperada situación- será imposible evitar que esa lluvia se convierta en un mar de revolución. Juntaremos las nubes y, además, nos prepararemos para encauzar ríos caudalosos, que con su impulso conduzcan a la clase obrera a nuevos mares de libertad.

Por eso el Congreso se convoca con esa consigna. No hay respuesta para la clase obrera dentro del capitalismo decadente, es necesario buscar las respuestas fuera, totalmente fuera. Y teniendo esas respuestas hay que salir a la plaza pública y gritarlas con fuerza convincente, a organizar la lucha en torno a esas ideas y a tomar el cielo por asalto.

Si no lo hacemos así no estaremos a la altura de lo que el actual desarrollo histórico exige de cualquier destacamento revolucionario.